El World Economic Forum se olvida del agua…, ¿o no?

febrero 05, 2024

El World Economic Forum se olvida del agua…, ¿o no?

El cambio climático, el uso de la tecnología o los conflictos armados son algunos de los riesgos a los que nos enfrentamos y debemos dar respuesta como humanidad. Esto se traduce en un aumento del coste de la vida, más incertidumbre social, desinformación, tensiones migratorias y un colapso de los ecosistemas que, ya lo estamos viendo, provoca más hambre, más sed y más muertes.


Recientemente se ha publicado el informe del World Economic Forum 2024 sobre riesgos globales, que analiza, pregunta -a través de una encuesta Global de Percepción de Riesgos, realizada a unos 1500 expertos de todo el mundo- e identifica los riesgos más concretos del contexto actual: acontecimientos graves que pueden afectar a grandes proporciones de población y de entornos en tres horizontes temporales: hoy, dentro dos años y a diez años vista. Su objetivo es identificar y, sobre todo, prevenir. Poner las bases para cambiar y tratar, en lo posible, de revertir esos riesgos.


Los principales riesgos según el informe estarían centrados en el cambio climático, la polarización social, los desequilibrios económicos o el uso desaprensivo de tecnologías como la inteligencia artificial. Ya lo estamos viendo en conflictos como los de Ucrania, Gaza o Sudán (menos mediático pero quizá mucho más sangriento). Y lejos de mejorar, las perspectivas podrían empeorar en el horizonte de los próximos 10 años. 


Aunque entre los riesgos globales analizados por este informe el agua siempre ha estado muy presente, como un riesgo en sí misma -desde 2012 y hasta 2020-. En el de este año, vemos como el agua ya no aparece como un desafío global. Sin embargo, su papel sigue siendo crucial en algunas de las principales categorías de riesgos mencionadas por el informe. En un plazo de dos años, por ejemplo, los riesgos meteorológicos extremos ocupan el segundo lugar, el primero en el plazo de 10 años. 


Y es que, en general, estos riesgos ambientales -cambios en los ecosistemas, falta de recursos naturales-  incluso problemas como las migraciones o la contaminación, que también tienen en el agua (en la falta de ella) un importante enemigo, llevan siendo protagonistas de este ránking ya varios años por lo que deberían ser la prioridad. Y es que hasta dos tercios de los encuestados para el informe consideran que el clima extremo es el principal riesgo en este mismo año 2024 (con amenazas como el fenómeno El Niño, que se espera aún más violento por el calentamiento) y el segundo más grave en el plazo de dos años. 


No olvidemos que el agua es la mayor de las pobrezas

Es cierto que entre 2015 y 2022 la proporción de la población mundial con acceso a servicios de agua potable ha aumentado del 69% al 73%, según datos de Naciones Unidas, pero eso no quiere decir que haya dejado de ser un problema. Uno grave: más de 700 millones de personas en todo el mundo no disponen de servicios básicos de agua, y unos 3.500 millones de saneamientos seguros. 


Y aunque parece que estamos en el camino correcto, todo indica que no se cumplirán los objetivos de la Agenda 2030. No solo eso, sino que el Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo 2023 predice que la población urbana de todo el mundo que se enfrenta a escasez de agua podría duplicarse para 2050, llegando hasta los 2.400 millones de personas en el peor escenario.


Mucho tiene que cambiar la situación (deberían cuadruplicarse los avances) para lograr un acceso total al agua en todo el mundo. Porque además las demandas de agua están subiendo, debido al crecimiento de la población, las necesidades agrícolas, industriales y energéticas, la urbanización del mundo y, por supuesto, el aumento de las temperaturas globales que, ellas sí, son un riesgo según el WEF. 


Es necesaria una concienciación a nivel mundial, que existe, pero sobre todo son necesarias políticas e inversión por parte de los gobiernos de todo el mundo hacia un bien común. De manera coordinada y colaborativa. El Global Risk Report no cierra la puerta, y apunta a que el futuro aún no está escrito, podemos cambiarlo si actuamos hoy: “El camino positivo puede moldearse a través de nuestras acciones para abordar los riesgos globales hoy”


Ataquemos a los problemas, empezando por el agua.