“Un tanque de agua no es solamente un tanque de agua”

enero 08, 2024

“Un tanque de agua no es solamente un tanque de agua”


Llevar agua allí donde se necesita es nuestra misión en la vida, y que ese agua sirva, además, para mejorar la educación, las oportunidades y el futuro de las personas, de manera palpable y real, lo que nos anima a seguir trabajando.

Fundación Kirira es uno de nuestros partners más antiguos y con ellos hemos realizado diferentes proyectos a lo largo de nuestra trayectoria. María Estrella Giménez Buiza es su presidenta, experta en lenguas y titulada en dirección de ONG y cooperante casi desde siempre, ya en el año 2000 empezó a trabajar con la comunidad Tharaka, en Kenia, y no ha dejado de hacerlo desde entonces. Allí, la mutilación genital femenina es una lacra, especialmente en comunidades pequeñas, pobres y tradicionalistas de la región.

Ella es nuestra principal interlocutora en nuestros proyectos en la zona, y gracias a ella, a su trabajo incansable y al del resto del equipo, la lucha contra la mutilación genital femenina en Kenia (el principal objetivo de la Fundación) está dando sus frutos. “Los últimos cinco años han sido una etapa de crecimiento para Kirira -nos cuenta-. En este tiempo las mutilaciones genitales han ido disminuyendo, aunque eso no significa que se haya ralentizado ni frenado nuestra labor, sino más bien nos impulsa a incrementarla, con más proyectos, campañas más grandes, incluso con la realización de las primeras manifestaciones en Tharaka contra la mutilación genital femenina. Si en 2020 hubo un repunte de estas agresiones debido al empobrecimiento de las poblaciones con las que trabajábamos, ya hemos recuperado el buen camino y estamos orgullosos de decir que posiblemente 2023 ha sido uno de los mejores años, con menos mutilaciones y donde hemos podido llegar a más escuelas con nuestro mensaje y nuestros proyectos”.

Porque allí la Fundación Kirira es activista y agente, a través fundamentalmente de la educación, con escuelas y Clubes Antiablación, pero también de su lucha contra la pobreza, de la cual forma parte importante la falta de agua: “Trabajamos en comunidades como las de Kuria, Pokot y Tharaka, donde no hay agua corriente. Se trata de zonas con un denominador común: la pobreza. Tiene carencias de todo tipo de servicios como el agua y los saneamientos”, explica.

En estos lugares cada niño tiene que ir con una garrafa de agua a la escuela, y esa es su única fuente de hidratación durante las horas lectivas, en un lugar donde las temperaturas son muy altas y donde, en muchos casos, han de caminar distancias de 6 km para ir hasta el colegio y lo mismo a la vuelta. Si en el centro tampoco hay tanques de agua o grifos, muchos niños, sobre todo los más pequeños, no asisten. Por otro lado, tampoco existen letrinas o las que hay carecen de agua corriente, de modo que las niñas no pueden lavarse cuando tienen la regla y también se ausentan esos días.

Ahí entran los proyectos de AUARA, fundamentalmente orientados a instalar en las escuelas tanques de agua que estén a disposición tanto de los alumnos como de los profesores, como los que ya operan en las comunidades de Tharaka y Kuria. Así nos cuenta Mª Estrella la importancia de estos trabajos: “Además de conseguir que el alumnado se mantenga hidratado y se eviten enfermedades, estos tanques son además un refuerzo en la campaña contra la mutilación genital femenina, ya que sirven de soporte para letreros y anuncios dibujados con un ‘no a la mutilación, sí a la educación”.

Y seguiremos haciéndolo siempre que sea posible, porque con Fundación Kirira se produce una especie de simbiosis que, sin duda, mejora la vida de muchas personas. “Para nosotros la relación con AUARA es de mucha cercanía y de mucha confianza, ya casi de amistad. Ellos comprenden perfectamente nuestras prioridades y respetan nuestros comentarios. Contar con socios como ellos nos acerca a nuestros objetivos”, afirma la cooperante. Objetivos que, para 2024 pasan por continuar con su labor de educación en estas comunidades, sobre todo becando a niñas para que puedan estudiar secundaria y no las mutilen. Más concretamente, esperan aumentar la cifra de sus Clubes Antiablación en al menos diez durante este nuevo año, y seguir promoviendo la educación mediante el acercamiento del agua a las escuelas y los centros de acogida.

“Un tanque de agua no es solamente un tanque de agua, una escuela no es solamente una escuela, un dormitorio no es solamente un dormitorio, sino que además es una forma de luchar contra esta mutilación genital femenina”, concluye Giménez.